Necrópolis Tardorromana
Se encuentra en un espacio abierto por lo que el visitante puede acceder a ella todos los días de forma gratuita. Muchos de sus restos se encuentran en el Museo Arqueológico local.
Si no hubiera sido por la gran cantidad de saqueos a estas cuevas, se podría decir que Osuna contaría con uno de los mejores Museos Nacionales de Cerámica y Vidrios Romanos.
Algunas cuevas aparecen divididas en departamentos con techos abovedados, excavados en la roca, ofreciendo en sus muros pinturas de aves. Los investigadores debaten sobre si estamos ante frescos con motivos puramente paganos o los primeros ejemplos de pinturas con referencias cristianas, si bien la mayoría de los expertos opinan que son más tardías, de época paleocristiana. En el suelo se encuentran gran número de tumbas.
Hoy queda visible del enorme conjunto funerario la serie de tumbas más recientes, datando las más tardías en época visigoda. El expolio de la Necrópolis comenzó en fechas tempranas y recibió su primera excavación sistemática, entre 1784 y 1785, a petición de José de Figueroa Silva Lasso de la Vega y financiada por el Estado a instancias del conde de Floridablanca. Aquel espacio quedó, desde entonces abandonado a su suerte hasta el último cuarto del siglo XX en que se retomaron las actividades para su puesta en valor.