Palacios

Antiguo Palacio de los Cepeda

Casa que fuera de los Condes de Cepeda, fechable a mediados del XVIII, ofrece una de las mejores fachadas de Osuna. Barroca, pero tranquila en todos sus elementos, la portada se adelanta enmarcada con sus estípites de piedra, el soberbio balcón se ve coronado por el escudo de la familia que protegen dos figuras de alabarderos casi de tamaño natural. Esta fachada de grandes dimensiones, se abre en numerosas ventanas guarnecidas con hermosos herrajes.

El interior del palacio está muy modernizado. Con alegre y bonito patio, en su lado izquierdo, aparece una amplia escalera coronada por majestuosa bóveda decorada con pinturas.

La casa perteneció a la familia de los Cepeda, de la que fue su más destacado miembro Santa Teresa de Jesús, cuya imagen aparece dibujada en el zaguán.

Ubicado en calle La Huerta, 10. Cerrado al público. 

Casa de Los Rosso

Casa nº 39 de la calle Sevilla. Destaca su fachada y su patio interior. 

En la acera de enfrente, de la casa de los Govantes y Herdara se levanta la casa de los Rosso y su atalaya: oculto tras la torre caprichosa en la que se magnifica el acceso a la casa, hay un patio de proporciones infrecuentes en Osuna por su planta rectangular; tiene una fuente en el centro geométrico y dos galerías superpuestas.

Al exterior, enmarcando la puerta adintelada hay dos columnas completas subidas en pedestales, sobre ellas un balcón mixtilineo que ensancha la cornisa corrida a lo largo de la fachada, y sobre el balcón un relieve de piedra que sirve de decorado el escudo nobiliario, y sobre la enseña de los fundadores, otro balcón con su ajimez, con su columna en el eje y sus arcos de medio punto concluyendo la artificiosa composición.

Particular. No se visita.

Casa de Los Torres

Casa nº 31 de la calle Sevilla. Destaca su fachada. 

Destaca su magnífica portada de la segunda mitad del siglo XVIII, donde evocaciones coloniales se entremezclan con resabios mudéjares e islámicos. Aquí hay que detenerse a mirar a los ojos de la cabeza de piedra que en la portada soporta la ondulación del balcón, a esta esfinge atrofiada que obliga al espectador a atender al escudo de armas, que flanqueado por dos flores espirales, cuelga en el dintel. Hay en esta portada dieciochesca de la casa de los Torres, “Torres por la gracia de Dios” se lee en el escudo, un esfuerzo por romper el alero para engrandecerse y hacerse más presente si cabe; hay un guardapolvo albergando un repertorio de rudas curvas y contracurvas compitiendo con la rectitud de los huecos y de sus pilastras de escaso relieve.

Particular. No se visita. 

Casa del Conde de Puerto Hermoso

Casa nº 36 de la calle Sevilla.

Esta edificación es sobre todo la construcción de una esquina, el ángulo recto que forma la calle Sevilla con la calle del Santísimo.

Concebida originariamente con un torreón mirador, quedó inconclusa. Por fuera, a partir de la torre inacabada y descubierta que funciona a modo de zaguán, la sencilla portada principal de finales del siglo XVI se organiza con un vano adintelado, cerrado por pilastras acanaladas propias del momento de transición al primer Barroco. La fachada rompe la horizontalidad del muro con el conjunto de cuatro cierros que avanzan hacia la calle.

Particular. No se visita.

Casa del Marquesado de Campo Verde

Casa nº 33 de la calle Sevilla. 

Su portada es uno de los pocos ejemplos conservados de arquitectura civil del siglo XVI. Aquí un lienzo de piedra cuelga de la cornisa de un alero: son dos rectángulos yuxtapuestos de similares dimensiones y con los lados mayores ortogonales: el primero es una estera, un ancho marco de sillería que con sus relieves concéntricos guarnece una reja con su corona metálica; luego es la transición del entablamento apoyado en dos medias columnas esbeltas y aéreas del que se suspende solidaria una ménsula vegetal, dos columnas con sus altos pedestales blanqueados, disimulados en la continuidad del paramento.

Particular, no se visita. 

Palacio del Marqués de la Gomera

S.XVIII. Destaca su fachada de piedra.

Su portada se adelanta soberbias columnas toscanas, de piedra, pareadas que sostienen su amplio y artístico balcón. La fachada se corona por una movida cornisa bajo la que se sitúa una serie de gárgolas en forma de cañones. En el ángulo derecho se levanta una torre-mirador con balcón corrido, en su interior destacaremos la capilla privada y el artesonado que recubre el corredor del patio. Interesa la arquitectura de este palacio, obra espléndida del XVIII, realizada por Juan Antonio Blanco, cuya portada se realiza entre 1764 y 1765 y su porte nos recuerda el llamado estilo colonial.

La llamada plaza del marqués, muy a tenor con la sobriedad de la calle, permite la mejor visión de este palacio, donde la cal encuentra toda su nobleza.

Es sin duda el palacio más destacado de los existentes en la localidad. La casa del Marqués de la Gomera, fechable en torno a 1770, momento coincidente con el ascenso de don Andrés Tamayo y Barona al marquesado de Casa Tamayo.

Actualmente alberga el Hotel-Restaurante Marqués de la Gomera. 

Palacio de Govantes y Herdara

S. XVIII. Antiguos juzgados. Destaca su fachada. 

En el número cuarenta y cuatro se asienta el antiguo juzgado de Osuna, en aquella que fuera casa palaciega de Govantes y Herdara. Su fachada rocosa contiene la fecha de 1738. Esta portada del siglo XVIII sigue un esquema compositivo similar al de otras casas señoriales de la ciudad: dos plantas rematadas por una cornisa que en algún punto quiere ser rebasada, aquí por dos pináculos que terminan y enfatizan la portada, que como en otras ocasiones, se sitúa a la izquierda para dejar a los cierros superpuestos la organización del resto del paño de la fachada.

La estructura de la portada tampoco contraviene los cánones: dos huecos a eje y adintelados, una puerta ancha y suficiente para los carruajes y un balcón en la planta de arriba. El primer orden sobre pedestales labrados es salomónico, cosa no extraña en las sedes de los tribunales, (idénticas a las que podemos observar en la capilla de Jesús Nazareno en la Iglesia de la Victoria, aunque estos estén dorados) trepando la flora por ellas, después del entablamento, se coronan con obeliscos blancos y triangulares.

En el dintel de la puerta se enmarca con una moldura el imprescindible escudo nobiliario.

Particular. No se visita. 

San Pedro 21

Sobre la puerta del número veintiuno hay un balcón desmesurado que quiere salirse de la cornisa; hay un frontón desvencijado y ahora mixtilíneo que rebasa completo el alero y convierte en monumental esta portada de pilastras con casetones rehundidos.

Particular. No se visita.

Palacio de los Hermanos Arjona y Cubas

Familia procedente de Galicia que llegó a Andalucía con la Reconquista y que se instalaron en Osuna hacia el siglo XVIII. De sus miembros más ilustres nacidos en este edificio destacan: Manuel María de Arjona y Cubas y José Manuel de Arjona y Cubas, el “Asistente Arjona”. El palacio está en manos de esta familia hasta 1862, tras ellos pasará por distintas manos hasta 1975, cuando es adquirido por la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos para instalación de sus dependencias. En 1979 cambia la titularidad a favor de la Cámara Agraria Local de Osuna, entidad que ha cedido el uso del edificio como museo al Ayuntamiento de Osuna. Sigue la estructura de las casas palaciegas del s. XVIII articulada en torno a cuatro patios, siendo el principal de columnas dóricas con arcadas en las cuatro crujías y en cuyo centro tenemos una fuente de piedra caliza.

En la actualidad alberga el Museo de Osuna y la Oficina de Turismo, ambos de titularidad municipal. La visita al museo es un recorrido por las diferentes dependencias de la casa-palacio en las cuales se conservan algunos de los frescos que decoraban los techos. El Palacio de los Hermans Arjona y Cubas se encuentra adaptado y accesible, ya que cuenta con ascensor para subir a la primera planta, así como, con salvaescaleras, además de que las cartelas están en varios idiomas incluido el braille. En la atención al visitante se cuenta con bucles de inducción magnética en el mostrador y el salón de actos.

Palacio de Miguel Reina y Jurado

Ubicado en calle San Agustín nº 4.

En 1765, don Miguel de Reina y Jurado solicita del Ayuntamiento permiso para instalar una portada de piedra sepia, adornada de arquitectura que, por su disposición, requería avanzar sobre la acera. Con esta, completaba el conjunto de su palacio solariego, que incluía patio porticado en las dos plantas y escalera monumental. Actualmente cerrado al público. 

La instalación del edificio de Correos, en los años 70 del siglo XX, supuso la desaparición de la mayor parte del inmueble, del que hoy solo permanece aquella portada de piedra, compuesta con dos potentes columnas estriadas sobre pedestales bulbosos, que soportan el dintel sobre el que sobresale un movido balcón, cuyo vano se cierra con pilastras estriadas. Como corona, un guardapolvo mixtilíneo alberga el escudo de los Reina y Jurado. Por sus esbeltas proporciones, la meticulosidad de la labra y lo movido de su diseño, la obra recuerda las producciones de los canteros estepeños, en especial, los de la familia Blanco.

San Pedro 2

En el nº 2 de la calle San Pedro llama la atención un muro construido con sillares y una portada del XVII. Aquí impera la línea recta, el dintel de dovelas, los fustes almohadillados, las pilastras acanaladas del orden pequeño que preside el balcón; el balcón que parece un añadido metálico sin relación con la piedra; el escudo de armas que se resiste a caber en el tímpano de un frontón casi equilátero. Tiene esta casa otro balcón con el que llamar la atención, un balcón singular en Osuna porque el hueco pequeño y desnudo, el rectángulo alejado en la arista, da paso a una losa de gira y envuelve la esquina del edificio, introduciendo algo de la calle San Pedro en la calle Carrera.

Particular. No se visita.

San Pedro 24

Esta casa tiente una larga fachada entera de blanco y subdividida en lienzos muy verticales por el leve relieve de las pilastras; en la planta baja éstas quieren ser dóricas, y jónicas en la alta, y para subir desde la acera a la terraza se alargan y se hacen delgadas, excesivamente delgadas para sujetar con firmeza los jarrones vidriados de la balaustrada que se recortan en el cielo brillando de verde y amarillo.

Particular, no se visita.

San Pedro 26

Esta es una casa discreta que guarda uno de los pocos patios domésticos que quedan del siglo XVI en Osuna, un patio muy transformado pero en el que aún pueden reconocerse alguno de sus componentes originales, sus arcos irregulares y sus apesumbradas columnas.

Particular. No se visita.

San Pedro 27

Lo primero que llama la atención de esta casa son los tejaroces con que se cubren los cierros, labrados en piedra hacia 1.773 imitando un ondulado faldón de tejas, recordando en algo, quizá por la cornisa sinuosa que sustenta a cada uno, al agua resbalando por una pequeña cascada. Luego vienen otras sorpresas: la poderosa cornisa en la que se apoya el alero y el entablamento que divide a lo lago en dos la fachada, que le traen a la memoria algún recuerdo florentino; la planta baja con sus tres huecos, dos flanqueados por semicolumnas y el otro, el de la derecha, como si fuera de una época distinta, por pilastras; y todas las basas sobre pedestales, lisos como los fustes con sus capiteles dóricos; y por encima del arquitrabe, del friso y de la cornisa ondulante, el relieve de los pináculos adosados al muro, también diferentes según se apoyen en un fuste de sección rectangular o semicircular.

Particular. No se visita.